El desarrollo de La ciencia en argentina tiene una historia estrechamente con las políticas económicas del país y el impulso recibido a través de las decisiones del gobierno de turno. Sin embargo la ciencia continúa siendo algo de lo cual el país puede considerarse orgulloso: según la revista Nature es uno de los 19 países que lideran proyectos y sigue siendo un líder regional, respaldado por su tradición científica.
Tanto de los sectores públicos como de los privados, existe un gran número de científicos nacionales reconocidos a nivel mundial por su capacidad y alcances logrados en sus áreas de interés. Una de las claves del reconocimiento es el ingenio que los caracteriza a partir de la necesidad de realizar sus investigaciones, muchas veces, sin contar con los recursos materiales y económicos suficientes o de mejor calidad.
En nuestro país, las mujeres representan el 52,6% de los investigadores de universidades públicas pero en el sector privado sólo uno de cada cuatro son mujeres. Esta diferencia también se ve reflejada también en los puestos jerárquicos del máximo organismo de investigación nacional (CONICET). Sumado a esto, se registran desigualdades al momento de conseguir financiamiento para los proyectos científico.
A pesar de estos datos, el rol de la mujer en la ciencia ha cobrado mayor impulso y son numerosos los logros alcanzados en distintos campos de investigación, destacándose muchos de ellos con premios internacionales. Entre las mujeres destacadas en los últimos años podemos mencionar:
Dra. Sandra Myrna Díaz, bióloga argentina experta en ecología vegetal y biodiversidad, fue galardonada con el Premio Nobel de la Paz por formar parte del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático. En 2019 fue elegida Miembro de la Royal Society y el 5 de junio de ese mismo año ganó el premio Princesa de Asturias.
La viróloga Andrea Gamarnik, quien contribuyó al entendimiento molecular del dengue y la forma en que el virus pasa del mosquito al ser humano.
Dra. Vanesa Gottifredi fue galardonada por su proyecto “Identificación de nuevos fármacos utilizables en el diseño de tratamientos de precisión para el cáncer de mama y ovario: validación funcional y revelación del mecanismo de acción”. Su objetivo es determinar por qué una célula se vuelve cancerosa y cómo funciona la quimioterapia, con la esperanza de lograr que esta terapia sea más precisa, y eventualmente, pueda ser reemplazada por una mejor opción.
Dra. María Florencia Cayrol fue reconocida por su proyecto “Efecto de la inhibición del receptor de membrana para hormonas tiroideas sobre la acción antitumoral de los rexinoides. Potencial impacto en la terapia oncológica”, el cual tiene como objetivo último la optimización de tratamientos oncológicos con bajos efectos secundarios de diferentes tipos de tumores malignos.
Juliana Cassataro fue galardonada por su proyecto “Desarrollo de nuevos adyuvantes para mejorar la administración oral de vacunas”.
María Fernanda Ledda, fue reconocida por el proyecto “Mecanismos de señalización de los factores neurotróficos en los procesos de crecimiento y regeneración de motoneuronas”.
Micaela Godoy Herz recibió una mención por su proyecto: “De plantas a gusanos: en busca de nuevos mecanismos moleculares”.
Marina Alejandra González, fue galardonada por su proyecto “Inhibidores del chequeo del ciclo celular para el tratamiento del cáncer: un arma de doble filo”.
Científicas de nuestra ciudad, Bahía Blanca, también han sido reconocidas por sus contribuciones en sus respectivos campos de acción:
La bioquímica bahiense Natalia Andersen, investigadora del Laboratorio de Neurobiología de Invertebrados del Instituto de Investigaciones Bioquímicas de Bahía Blanca (INIBIBB-CCT Bahía Blanca) recibió un premio por su trabajo en nuevas alternativas para el tratamiento de la enfermedad de Parkinson.
La Dra. bahiense Cecilia Bouzat fue distinguida por sus avances en la comprensión de las bases de la comunicación de las células cerebrales entre ellas y con los músculos. Sus descubrimientos fortalecen las posibilidades para tratar la enfermedad de Alzheimer, la depresión y ciertas adicciones.
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