En diciembre de 2008 la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el 19 de agosto como el Día Mundial de la Asistencia Humanitaria. Su designio se realizó en memoria del brutal atentado terrorista, del 19 de agosto de 2003, contra la sede de las Naciones Unidas en Bagdad (Iraq) que se cobró la vida de 22 personas.
En esta fecha, el objetivo es reconocer la necesidad de respetar y continuar apoyando la labor de todos los trabajadores humanitarios que, bajo los principios de humanidad, imparcialidad, neutralidad e independencia, brindan asistencia a las comunidades para reconstruir sus vidas después de un desastre y mejorar su capacidad de respuesta ante futuras crisis.
Además constituye un momento en el cual rendir tributo a los trabajadores humanitarios que han perecido en desempeño de su labor, y honramos a todos los trabajadores humanitarios y los profesionales de la salud que continúan, a pesar de las dificultades, prestando asistencia y protección a millones de personas.
Este año, la celebración se produce en medio de una pandemia que ha afectado de manera drástica a la población mundial, sin discriminación. Cuando el mundo se encuentra aún luchando contra el COVID-19, la falta de acceso y las restricciones impuestas por los gobiernos de todo el mundo provocan que la ayuda humanitaria surja de la respuesta de las propias comunidades.
En este sentido, la pandemia de COVID-19 ha sido uno de los desafíos más complejos para las operaciones humanitarias en todo el mundo.
En este contexto, la Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS) se une a esta importante celebración y reconoce la labor que realizan los trabajadores humanitarios de todas las agencias del Sistema de Naciones Unidas, las organizaciones no gubernamentales (ONG), entidades nacionales y locales y, en especial, las comunidades que permiten desarrollar un trabajo encaminado a brindar esta ayuda humanitaria en la Región.