El “Día Internacional contra el Dengue” se celebra con el objetivo de fomentar la reflexión y dar a conocer cómo se puede prevenir la enfermedad vírica transmitida por mosquitos que se ha propagado rápidamente en todas las regiones de la OMS en los últimos años.
Constituye una infección aguda que puede afectar a cualquier grupo de edad. Puede presentarse en cuatro variedades, siendo el dengue hemorrágico el más grave.
Sus síntomas son similares a los de una gripe, como fiebre, dolores musculares y de cabeza, escalofríos, náuseas y vómitos. Sin embargo puede evolucionar hasta convertirse en un cuadro potencialmente mortal, llamado dengue hemorrágico o grave.
Actualmente afecta a la mayor parte de los países de Asia y América Latina, convirtiéndose en una de las causas principales de hospitalización y muerte en los niños y adultos de dichas regiones. Cada año se producen más de 390 millones de casos en el mundo, de los cuáles 500 mil corresponden a la variedad más grave, el dengue hemorrágico, que causa unas 25 mil muertes.
No hay tratamiento específico para el dengue pero la asistencia de médicos especialistas puede reducir las tasas de mortalidad de más del 20% a menos del 1%.
EL control del vector de la enfermedad es la estrategia crucial para evitar la propagación de la misma, de forma tal de reducir la transmisión del virus o minimizar el contacto entre los mosquitos y los seres humanos.
Para controlar los mosquitos vectores, como los del dengue, la OMS promueve un enfoque estratégico, conocido como control integrado de vectores, un “proceso racional de toma de decisiones para optimizar el uso de recursos en el control de los vectores”. Sus objetivos son la mejora de la eficacia, la rentabilidad, la congruencia ecológica y la sostenibilidad.
Estas son algunas recomendaciones:
- Eliminar correctamente los desechos sólidos y líquidos.
- Evitar que los mosquitos encuentren lugares donde depositar sus huevos.
- Aplicar los tratamientos adecuados a los recipientes donde se almacene agua.
- Cubrir, vaciar y limpiar periódicamente los recipientes donde se almacena agua para uso doméstico.
- Limpiar las canaletas, bebederos de animales o lugares donde se almacena agua para otros usos.
- Mantener el césped corto.
- Cambiar regularmente el agua de floreros.
- Usar repelentes para las picaduras de mosquitos.
- Vacunarse contra el dengue.