Cada 23 de marzo se celebra el Día Mundial de la Rehabilitación. Esta fecha, instaurada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), destaca la necesidad de que las personas con discapacidad o con capacidad diferente, tengan acceso a las tecnologías eficaces para su diagnóstico y tratamiento, sin distinción de raza, religión, ideología política o estatus social.
En nuestro país, el 7,1% de la población manifiesta algún tipo de discapacidad. Las principales causas de discapacidad son: las discapacidades originadas por enfermedades (45%), seguidas por las de nacimiento y las ocasionadas por accidentes (entre 12 y 14%). Los datos oficiales corresponden al último censo a nivel nacional realizado en 2010. En el país viven más de 5 millones de personas con dificultad o duración permanente, lo cual es equivalente al 12,9% del total de la población.
En el área de la salud mental, las discapacidades son consideradas de las más importantes, por su relevancia y el alto costo de los tratamientos. Sumado a esto, el aumento de los factores socio ambientales afectan principalmente a aquellos que son más propensos a este tipo de trastornos.
La rehabilitación de las personas debe favorecer, no sólo al desarrollo de habilidades para el desempeño cotidiano del paciente, sino considerar también la cobertura de sus necesidades básicas en cada una de las áreas vitales, es decir, descanso, protección y recreación. Son procesos destinados a permitir que la sociedad alcance un nivel óptimo de desempeño físico, sensorial, intelectual, psicológico y/o social, abarcando un amplio abanico de actividades, como atención médica de rehabilitación, fisioterapia, psicoterapia, terapia del lenguaje, terapia ocupacional y servicios de apoyo.
El informe mundial sobre la discapacidad reúne la mejor información disponible sobre la discapacidad con el fin de mejorar la vida de las personas con discapacidad. Brinda a los gobiernos y la sociedad civil un análisis exhaustivo de la importancia de la discapacidad y de las respuestas proporcionadas, basado en las mejores pruebas disponibles, y recomendar la adopción de medidas de alcance nacional e internacional.
En la Argentina se creó, en 1956, la Comisión Nacional de Rehabilitación del Lisiado, primer antecedente del actual Servicio de Rehabilitación del Lisiado que tiene como misión “implementar, de forma efectiva, programas que fomenten la prevención, rehabilitación, integración y promoción de la persona con discapacidad”.